Cuando se acerca el otoño
Autumnus… llegada de la plenitud del año
Otoño que se acerca…
Y va llegando, lento, pero ya llegando. Nos vamos acercando con recelo hacia la llegada del otoño, hacia la plenitud del año. Una de las estaciones que más me gusta.
El ritmo de la naturaleza va cambiando, su perfecta lentitud contrasta con la rapidez que llevamos, dichoso reflejo que nos muestra la distancia de lo natural.
Es una invitación a una nueva cadencia, a un tiempo para reflexión, un nuevo baile con la intuición desde otro compás. Estación para la interiorización en el cambio de ritmo de las noches largas envueltas de frio.
Nos volvemos poco a poco hacia dentro, abrazados por una melancolía que nos acaricia para poder desapegarnos de lo no esencial, de todas esas formas de ser que tras un tiempo intentando mostrarse no dieron su fruto.
La armonía del ritmo natural, la luz del otoño atardeciendo al día para dar paso a la madurez de una vida sabia. Tiempo para soltar la culminación de lo que fue, con ternura y agradecimiento y buscar de nuevo, ese lugar de calma interior para sembrar y preparar un nuevo comienzo.
Reconectada con lo esencial, dando ligereza a lo que pesa tratando de ser lo que no ha madurado y necesita ser desprendido. Preparada para dar oportunidad a una nueva vida, un nuevo cambio, un nuevo ciclo vital.
Como no ver lo que nos muestra la naturaleza y acercarnos a ello.
Nada es eterno más que la continua oportunidad al cambio… dejarse caer para volver a empezar.
Feliz otoño.
Mónica
A veces, la vida nos sorprende con esos días en los que todo parece ir al revés. Tal vez hoy te has levantado con la sensación de que el mundo te pesa más de lo normal, como si esa lluvia que cae fuera se hubiese instalado también dentro de ti. Yo los llamo "días de perros". Pero, ¿sabes qué? Esos días también tienen un propósito, una lección que enseñarnos.