Y si hubiera…?
Lo que nos retiene ES LA DIFERENCIA ENTRE LO QUE ES Y LO QUE PUDO HABER SIDO según nuestra mente.
Y si hubiera…?
Quién no se ha visto enredado en los pensamientos en bucle de lo que habría pasado si hubiera hecho en el pasado una cosa diferente de la que hizo.
Forma parte del funcionamiento de nuestra mente el ir al pasado y argumentar que cualquier otra decisión hubiera sido mejor que la tomada… sobre todo cuando las consecuencias del momento presente no son las deseadas o cuando nuestros objetivos no se han cumplido.
El “y si hubiera” a veces se convierte en un fantasma que atormenta nuestro presente cuando ocupa nuestro espacio mental y nos hace creer que cualquier otra decisión nos hubiera llevado a otro lugar diferente al que vivimos en la actualidad. Nos autoengañamos por la certeza de que una sola decisión diferente habría bastado para que nuestro presente fuese mejor del que es.
Y yo me pregunto, ¿cómo podríamos saberlo?.
Encadenamos una sucesión de pensamientos con resultados que nos llevarían a una situación ideal de nuevo tan alejada de la realidad como la hipótesis de que las decisiones tomadas fueron erróneas, invirtiendo tiempo y energía que nos resta de enfocarnos hacia delante.
En momentos de calma y meditación, hipotetizar con lo hubiera sido nos puede llevar a darnos el espacio y la oportunidad de aprender de nuestras decisiones, que no errores, sin amargarnos el presente impidiendo que vivamos el aquí y el ahora con lo que ES.
“LOS PENSAMIENTOS CONTRAFACTUALES SON REPRESENTACIONES MENTALES DE EVENTOS PASADOS O ACCIONES ALTERNATIVAS” (BYRNE, 2005; ROESE, 1997)
Desde el punto de vista psicológico tiene su utilidad como proceso de aprendizaje alejándonos del remordimiento y de la creencia de que cualquier realidad diferente es mejor que la que estamos viviendo. De hecho, tiene mucha utilidad en el proceso de la toma de decisiones cuando analizamos diferentes acciones y las futuras consecuencias que conllevan unas decisiones u otras y poder evitar resultados altamente negativos por la falta de capacidad de asumir unas consecuencias u otras.
Una vez somos conscientes de que la realidad que vivimos es la que es y que ya nada puede cambiar el pasado podemos salir del bucle del “y si” y enfocarnos en lo que ahora sí podemos hacer diferente.
Definir nuevas metas, enfocando la mente en nuevos patrones de pensamiento para descubrir nuevos caminos llevando en la mochila todo lo aprendido de esas decisiones que nos llevaron a lugares diferentes. Ser amables con nosotros mismos, abrazar todo lo vivido y que nos definen hoy en día, sin juicio, con agradecimiento y sobre todo con mucha humildad para volver a empezar de nuevo.
A veces, la vida nos sorprende con esos días en los que todo parece ir al revés. Tal vez hoy te has levantado con la sensación de que el mundo te pesa más de lo normal, como si esa lluvia que cae fuera se hubiese instalado también dentro de ti. Yo los llamo "días de perros". Pero, ¿sabes qué? Esos días también tienen un propósito, una lección que enseñarnos.