¿Qué hábitos te definen?
Tanto tú como yo ya somos conscientes de que lo único que es constante en la vida es el cambio. Cuántas rutinas y hábitos con mayor o menor esfuerzo hemos cambiado estos últimos meses, ¿te ves reflejado?.
Los hábitos nos definen, nos reinventan o nos rompen. Sin apenas darnos cuenta son esas pequeñas decisiones que tomamos a diario que anteceden a las acciones que mueven nuestros días.
Cada hábito instaurado en ti muestra quién eres y sobre todo contribuye a tu futuro más inmediato. Ya lo decía Aristóteles, filósofo y científico griego:
“Somos lo que hacemos repetidamente, la excelencia entonces, no es un acto es un hábito”, un arte ganado a base de hábitos diarios.
Los cambios suelen ser retos que nos confrontan con nosotros mismos al pasar por diferentes etapas en un proceso de instauración que no siempre es fácil gestionar.
Empezamos por una fase llena de ilusión y entusiasmo que nos genera un gran impulso necesario para poder destruir los viejos hábitos y dejar espacio a los nuevos. Es una etapa donde tenemos que romper la fuerza y la inercia del viejo hábito, automatizado y estandarizado en nuestro día a día y que precisa de una fuerte energía para poder hacerlo. La ilusión nos domina y las expectativas nos acompañan.
Pasado un tiempo, llega la fase de implantar el nuevo hábito y las aguas movedizas nos invaden. La base en la que nos sostenemos está rompiéndose, todavía no hay suelo firme donde sentir que tenemos el control y esto genera estados de inseguridad, frustración y hasta irritabilidad.
Normal, es absolutamente normal!!! Se vive un momento de revolución física, mental, emocional y por momentos se duda del cambio… todo se retuerce internamente!. Es un momento donde nos cuestionamos si seguir hacia delante y tirar por la borda todo el esfuerzo previamente invertido..
Este es el momento crítico que hay que sostener sin dejar de perder el foco al que nos dirigimos. Muchas veces los viejos hábitos son estrategias para tapar situaciones que no nos hacen sentir bien y en ocasiones se convierten en acciones que se vuelven en contra de nosotros mismos.
A veces, la vida nos sorprende con esos días en los que todo parece ir al revés. Tal vez hoy te has levantado con la sensación de que el mundo te pesa más de lo normal, como si esa lluvia que cae fuera se hubiese instalado también dentro de ti. Yo los llamo "días de perros". Pero, ¿sabes qué? Esos días también tienen un propósito, una lección que enseñarnos.