Si no es total… Piénsatelo
Si no es total, piénsatelo. Si, hablo del compromiso, esa palabra que a muchos les cuesta pronunciar porque tiene peso, mucho peso. No es algo ligero si este incluye algo más que lo uno quiere.
¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar en tu nivel de concesiones?.
Empezando por tí y haciéndolo extensible al resto cuando se trata de un compromiso con alguien más. Claro, si es contigo, el autosabotaje está a la orden del día pero qué más da, solo tu eres juez y parte y el que asume las consecuencias de tus decisiones… Así nos va muchas veces, cuando no paramos de comenzar proyectos, propósitos que se quedan casi en la casilla de salida o a mitad camino porque el nivel de compromiso interno se llena de excusas para no ser renovado cada día.
Ahí estás tú solo, así que devolviendote tu responsabilidad puedes preguntarte qué pasa cuando no eres capaz de mantenerte en el tiempo? Todo se viene abajo aún y que no haya una pandemia… Llenos de pecados capitales estamos todos.
Empezando por el principio… cuando te permites el lujo de visualizar lo que quieres conseguir, alas para que os quiero!!. Crear la visión de lo que te gustaría ser o donde te gustaria llegar te llena de energía y de motivación. Es gratis así que proyecta al máximo la visión ideal de ti mismo y genera un nivel de expectativa lo suficientemente elevado como para poder poner la primera piedra en el camino.
Empezamos a aterrizar con los pies en la tierra cuando le damos realismo a la idea o visión. Desempolvamos nuestros recursos para empezar a hacer cosas diferentes a las que siempre hemos hecho y salir de ese círculo vicioso de nuestra personalidad que hasta hoy no nos ha permitido acercarnos a donde queremos llegar. El traje empieza a ser incómodo algunas veces pero estamos con la motivación lo suficiente alta como poder abrir la cremallera y todavía sacar pecho. Así que seguimos avanzando y reforzando nuestro compromiso, eso espero.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando las circunstancias son tan diferentes que nos dan la vuelta por completo?.
Nos vienen esas preguntas sin respuesta que nos aturden y que nos llenan de incertidumbre el cuerpo. Situaciones que se alargan, que nos cuesta gestionar porque estamos más pendientes de que las cosas cambien que de adaptarnos y gestionar lo que está ocurriendo. Siempre esperando la situación ideal inicial cuando lo importante es acercarse a la realidad con todo lo que tenemos. La realidad no la esperaba así y no la quiero… empezamos a tambalear.
Ese es el arte de la gestión del compromiso… Transformar lo real en ideal aunque nos cueste pues no hay otra manera de confrontarnos con nosotros mismos para avanzar.
¿O qué hacemos? ¿Procrastinamos cada día en pos de lo que nos gustaría porque es más cómodo que gestionar lo que ocurre? Siempre está en nosotros decidir lo que queremos hacer pero no nos hagamos trampas al solitario nosotros mismos.
Si tu compromiso no es total… Piénsatelo.
Si es así, decláralo en abierto y haz partícipe a los que te rodean… no estamos en tiempos de engañar a nadie. A veces es mejor parar, reconocer que el nivel de compromiso está tocado y que no mantiene la firmeza inicial. Estas en todo tu derecho. Añadimos el coraje de decir la verdad como mejor consideres. ¡Siempre serás bienvenido!
Estamos en tiempos de rescatar el valor del compromiso como condición sine qua non para seguir evolucionando en esta nueva era donde todo es tan accesible. Hazte predecible y compartelo con los demás, es la mejor manera de saber dónde estamos y con quien en una realidad tan cambiante y tan llena de incertidumbre, que ciertos valores se hacen indispensables.
A veces, la vida nos sorprende con esos días en los que todo parece ir al revés. Tal vez hoy te has levantado con la sensación de que el mundo te pesa más de lo normal, como si esa lluvia que cae fuera se hubiese instalado también dentro de ti. Yo los llamo "días de perros". Pero, ¿sabes qué? Esos días también tienen un propósito, una lección que enseñarnos.