Y si opinas menos y preguntas más?
¿Cuál es tu inercia cuándo entablas una conversación?.
Empecemos por aquí para qué puedas observarte…
Muchas veces solemos opinar cuándo ni siquiera nos piden opinión creyendo saber lo que ocurre sin apenas explorar la realidad. Es un hábito instaurado en nuestros patrones mentales dominado por la creencia de saber lo que la otra persona necesita mejor que ella misma.
No hace falta irse a conversaciones grandilocuentes sino pararse en todas esas pequeñas conversaciones que se dan para resolver o clarificar un tema que nos ocupa cuando no sabemos por dónde ir.
¿Qué ocurre sí en vez de opinar, te paras un momento y conviertes esa opinión en una pregunta?.
¿De qué manera crear un espacio para la reflexión rodeado de escucha e interés genuino?.
Quizás este pequeño cambio puede generar un nuevo enfoque en el transcurso de la conversación que ayude a clarificar la situación de la que se conversa.
No se trata de ser importante sino de ser útil.
Es una manera de acercarse a las respuestas que se buscan. Un primer paso para cambiar la inercia de opinar y crear conversaciones sencillas y enriquecedoras para asumir mayor responsabilidad y conciencia de uno mismo.
Los grandes cambios suceden a través de pequeños pasos que podemos implementar casi a diario sin apenas ser consciente de la fuerza que pueden tener sostenidos en el tiempo.
Aprovecha las preguntas en las máquinas de café, en las sobremesas... para practicar y observar cómo te sientes cuando haciendo una pregunta ayudas más que opinando sobre el color de la pared.
Porque opinar, a no ser que se pida de manera explícita, no es más que el reflejo de tí y de tu manera de ver el mundo y quizás, sólo quizás, ese no es el tema principal de la conversación.
A veces, la vida nos sorprende con esos días en los que todo parece ir al revés. Tal vez hoy te has levantado con la sensación de que el mundo te pesa más de lo normal, como si esa lluvia que cae fuera se hubiese instalado también dentro de ti. Yo los llamo "días de perros". Pero, ¿sabes qué? Esos días también tienen un propósito, una lección que enseñarnos.